¿Qué pasaría si en una ciudad, una cualquiera del mundo, hubiera un atentado? ¿Y si se buscara a un chivo expiatorio para presetarlo como culpable ante un país que busca responsabilidades? Estas son las premisas en las que se basa la compañía de teatro Hortzmuga Teatroa para presentar su última obra de teatro, bajo el título Yo estuve allí, y no lo contaron como yo lo vi.
Yo estuve allí, y no lo contaron como yo lo vi
La obra comienza con el sonido e una explosión, todo es caos y falta de explicaciones, y de repente, llegan los policías y empiezan a acordonar la zona, dando empujones y movilizando a los espectadores, como si de un auténtico atentado se tratara. Poco a poco empiezan a llegar las primeras noticias y tres pantallas preparadas a tal fin, dan la información de última hora, como si de un verdadero atentado se tratara.
Es entonces cuando el espectador descubre que en esta realidad alternativa, es momento de campaña electoral, ninguno de los partidos políticos quiere que un suceso de estas características dañe sus resultados y, por lo tanto, es necesario buscar al culpable, y si este no existe, es necesario buscar a uno.
Manipulaciones, chantajes y el espectáculo mediático en una crítica del mundo de la política y de los medios de comunicación.
Una obra que hace pensar
Todos damos por supuesto que lo que se cuenta en las noticias y, en general, la opinión que se recoge en los medios es la realidad de la sociedad y es que es mucho más sencillo creer una mentira bien compuesta, que una realidad difícil de asumir o que no es justa.
La violencia y la dureza de la obra hacen que esta no sea adecuada para niños.
¿Qué pasaría? ¿Es una broma o qué? Actualmente TODOS los medios de comunicación son solamente medios de desinformación al servicio de la difusión de la ideología oficial del régimen y del adoctrinamiento masivo. Hay que ser realmente corto para no verlo y dar la más mínima credibilidad a bazofia que sueltan 24/7.
Evidentemente, todo lo que vomitan es falso buscando sólo manipular a la gente para justificar la barbarie impuesta por sus amos. Lo podemos ver a diario, cómo buscan crear un estado de alarma social de casos absolutamente anecdóticos y sin ninguna trascendencia global, contando verdades a medias, ocultando lo que va en contra de su mierda ideológica, etc. y les importa una mierda promover una ideología genocida.
Vamos, que la mierda de los teatreros estos es originalísima, lo mismo que hacer una suposición de qué pasaría si el cielo fuese azul o si en invierno hiciese frío.