Dentro de unas semanas, si no es ya, la Navidad hará que muchas se replanteen su vida, que se amarguen porque no han conseguido lo que quería, que tengan miedos, que se estresen, griten y finalmente sean infelices.
La rutina, el estrés del trabajo, la familia, la falta de tiempo, el dinero, etc. hace que, muchas veces, pensemos que no se vive. Y sí, es posible que eso sea cierto, pero entonces, ¿no es mejor vivir de otra manera?
Hoy te vamos a dar cuatro claves que deberías llevar a cabo si te sientes de este modo porque, a lo mejor, lo único que necesitas es cambiar el chip. Porque la vida sigue, y tú puedes estancarte en ella.
Paciencia. Sí, siempre hay prisa para todo: para escribir un libro, para el trabajo, para curarte de una enfermedad, para adelgazar… Para todo. Pero, ¿y la paciencia? ¿Y esa época en la que a todo se le daba su tiempo? Esto es como cuando se hace la comida, ¿no recuerdas que tu madre o abuela le daban su tiempo a todos los ingredientes para que se hicieran poco a poco? Pues eso es lo que tú necesitas ahora porque, de esa manera, evitarás tomar decisiones erróneas.
Personas positivas. Sí, esas personas que te hagan sentir bien, que te alegren y tengan efectos positivos sobre ti. Aléjate de las demás, no necesitas gustar a las personas, hay personas que ya les gustas como eres, así que olvídate de tener que agradar a todos. Si gustas, bien; si no gustas, bien también.
Creatividad. La creatividad es un arte y, desarrollarla, la mejor experiencia de la vida. Por ejemplo, para un escritor, escribir es parte de su vida, deja su esencia en ese libro y lo hace mejor persona. Pero, como hemos dicho antes, con paciencia.
Ríete. Claro que sí, reírse, algo que los niños hacen el doble o triple que nosotros. Ríete de la vida, ríete de ti mismo, de tus errores, de tus tonterías. No dejes el ceño fruncido todo el tiempo, ¿de qué te sirve?