El próximo 10 de mayo será cuando se celebre el Festival de Eurovisión que, en estos momentos, se encuentra envuelto en polémica debido a algunos de sus participantes. En concreto, aquella ha surgido por la participación de Conchita Wurst, un travesti que representará a Austria y que ha empezado a conocerse por las redes como “mujer barbuda” ya que lleva barba.
Su imagen en concreto es lo que ha motivado que algunos países, como Rusia o Bielorrusia, demuestren su grado de intolerancia y de homofobia estableciendo incluso que no desean que se emita la actuación del drag queen.
Pero si lamentable es la posición de estas naciones, no lo es menos los comentarios y opiniones vertidas por uno de los cantantes que participarán en este Festival: Aram, el representante de Armenia. Este ha manifestado no sólo que no le agrada compartir escenario con Conchita Wurst sino además que para él la homosexualidad es algo inaceptable.
Desde luego que la polémica de este año es realmente bochornosa, desfasada y fuera de toda mente cabal, que sólo viene a demostrar que en determinados países como Rusia, con Putin a la cabeza, no se vive en el siglo XXI cuando se rechaza, humilla y castiga a alguien por su condición sexual.
En este caso, los organizadores de Eurovisión lo que tendrían que hacer es prohibir la participación de quienes muestran su homofobia.