Para descubrir el Madrid castizo te proponemos un paseo por el rastro madrileño, donde se compra y vende de todo, en los alrededores de la Plaza de Cascorro.
El Rastro madrileño, es uno de los mercados más antiguos de la capital española y a la vez uno de los más actuales. La mezcla de compradores y vendedores, de turistas y madrileños lo han convertido en uno de los lugares más famosos de Madrid, aconsejado en cualquier guía de viaje de la ciudad.
Si quieres empaparte de su esencia, lo mejor es mezclarse con la gente recorriendo sus calles, dedicarte al noble arte del regateo y dejándote cautivar por el singular ambiente.
Ir al rastro el domingo, es una de las visitas más emblemáticas en la capital española. Situado en los alrededores de la Ribera de Curtidores, este amplio mercado comprende una manzana prácticamente triangular, limitada por las Calles Embajadores, Ronde de Toledo y Toledo, y se extiende por diversas calles como Fray Ceferino González, San Cayetano, Mira el Río, las Plazas de Campillo del Mundo Nuevo o del General Vaya del Rey.
Donde antiguamente se situaba el matadero y las tenerías, en la actualidad se encuentra el zoco madrileño más castizos. Durante los festivos y domingos, más de mil vendedores ambulantes a las nueve de la mañana abren sus puestos para mostrar sus chollos.
A eso de las zonas, la popular Plaza de Cascorro, donde se levanta la estatua de Eloy Gonzalo, está muy concurrida. Cientos de madrileños y turistas, salen de la estación de metro de Tirso de Molina, para recorrer el rastro de arriba y abajo, hasta el Mercado de la Puerta de Toledo.
Tras un paseo por el Rastro, no puede irte de Cascorro sin tomarte un aperitivo en alguna tasca o bar, que se encuentran en todo el área. Una cerveza fría, un buen vino o el vermú, no sabrían igual sin la compañía de un bocadillo de calamares o una tapa.
¿Has encontrado algún chollo en el Rastro madrileño?