Ahora que ha empezado el curso es habitual que los niños empiecen a tener exámenes, ¿verdad? Es algo normal que pasa en todos los hogares. El problema es que, muchos, no piensan en eso y se encuentran con que los niños no tienen un lugar para estudiar, teniendo que hacerlo en el salón, el comedor o en otra parte que, para ellos, es aburrido.
Un dormitorio para un estudiante ha de tener:
– Un escritorio que se coloca al lado de una ventana o, si no tiene, en una pared de la habitación. Debe ser lo bastante amplio para permitirle escribir en él y tener algunos libros abiertos. Si además tiene el ordenador hay que tenerlo en cuenta.
– Una silla cómoda. Los niños suelen estar estudiando unas cuatro horas pero si les compras un sillón que permita estar sentado ocho horas no le va a pasar nada. Tiene que ser cómodo y que se adapte al cuerpo del niño para evitar dolencias de espalda, cervicales, lumbares, etc.
– Iluminación adecuada. Es imprescindible porque, con ella, no le dolerán los ojos y podrá estudiar mucho mejor. También conseguirás que no tenga tanto problema de vista y que a la larga no tenga que usar gafas para corregirla.
– Una estantería. Con la estantería lo que se pretende es que tenga a mano aquello que le hace falta (de libros). Puede estar colgada o puesta en el suelo (están de moda ponerlas así).
– Unos cajones. Los cajones le servirán para guardar aquellos lápices, rotuladores y, en general, todo el material escolar que le hace falta al niño con el objetivo de tenerlo a mano y ordenado.
Recuerda que de vez en cuando tendrá que ordenarlo todo para que siga habiendo un orden allí.