Cada mujer es un mundo y entenderlas es tan difícil que nadie lo ha conseguido aún. Esto mismo es lo que piensan muchos hombres. Y es que, la mente femenina, no es única, no puedes cortar por el mismo patrón a cada una de ellas y eso hace que sean diferentes. Ahora bien, hay personas que comentan que las mujeres se podrían clasificar según el tipo de personalidad.
Así, nos encontraríamos con:
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Mujeres analíticas. Son aquellas que piensan antes de hacer un movimiento, a veces mucho tiempo, antes de estar seguras de lo que van a hacer. Para ellas la paciencia es su mayor virtud porque no se impaciencia y saben esperar. Eso sí, son, para los hombres, demasiado serias y a menudo puede haber problemas con otras personas que se lanzan a la aventura porque ella no ve que eso sea un comportamiento adecuado.
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Mujeres observadoras. Son mujeres que no hablan mucho, que quizá sean tímidas pero que, en realidad, son también muy observadoras y saben de qué pie cojea cada persona que está a su alrededor. Esto les permite ser muy creativas y llegar a utilizar su imaginación para inventar miles de cosas; son además muy empáticas aunque no lo demuestren pero, si te haces amiga de ellas, sabrás de lo que hablo. Ahora bien, a veces son personas que se equivocan en sus reacciones, sobre todo cuando les prestas un poco de atención porque, al vivir al margen y solo observar, se sienten queridas cuando uno las reconoce y, si no les hacen caso, se sienten traicionadas.
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Mujeres materialistas. Son amigas de las compras, para ellas es imprescindible comprar cosas, ya sea para ellas, para el hogar o para quien sea, necesitan consumir y son compradoras compulsivas, aunque sean cosas que en realidad no necesitan. Es quizás un problema psicológico que habría que solucionar. En el caso de las relaciones, a menudo son mujeres que quieren tener a un hombre a su lado pero que, si les gusta otro, no dudan en ir por él porque lo ven más atractivo que al otro (o que les puede costear caprichos más caros).
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Mujeres impulsivas. Esas mujeres que a veces actúan sin pensar, sin darse cuenta de lo que hay a su alrededor, e incluso sin pensar en la pareja. Son mujeres que no piensan en las consecuencias de sus actos y esto hace que se metan en líos a menudo o que no tengan un futuro demasiado estable debido a su impulsividad, que puede costarle el trabajo, o la relación de pareja.
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Mujeres sin sentimientos. En realidad no es que no tengan sentimientos, es que son muy tímidas y a menudo introvertidas. Ellas no se sienten cómodas con nuevas personas a las que pueden parecer antipática y tiene dificultades para expresar sus sentimiento, primero porque no quiere ser el centro de atención, y segundo porque le duele mucho decepcionar a los demás. De ahí que una mujer sin sentimientos no quiere decir que no los tenga, sino que no los expresa.
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Mujeres autónomas. Quizá podríamos decir que son el ideal ya que hablamos de una mujer que controla su vida, tanto profesional como sentimental, sabiendo comportarse en cada aspecto de su día a día y demostrando su valentía y su forma de ser autónoma en los quehaceres. Esto no quiere decir que no pueda amar, pero le gusta también la libertad.