Una de las enfermedades que pueden tener los niños pequeños es el sarampión o la varicela, una enfermedad que es diferente pero que muchas veces no se sabe distinguir entre uno y otro. Por eso, antes de proseguir, queremos darte algunos consejos para que sepas distinguir la varicela del sarampión.
El primero de esos consejos es sobre las manchas del sarampión. Éstas tienen un color rojo violáceo que suele ser abundante pero no muy prominente y duran entre cuatro o cinco días desapareciendo después y dejando una leve descamación.
Antes de que éstas aparezcan suelen aparecer unas manchas de color blanco con un fondo rojizo en el interior de las mejillas que facilitan al médico y a ti misma poder saber si lo que tiene tu hijo es el sarampión o la varicela.
En el caso de la varicela la erupción que se da se transforma en una ampolla que suele dejar una costra o bien puede ocurrir el caso de que, al presionarla se vuelva de color blanca y tengan una textura rasposa como cuando tocas la piel de gallina.
Sabiendo estos dos criterios para diferenciar la varicela del sarampión, si tu hijo contrae uno de los dos re será mucho más fácil saber cuál es la enfermedad que le acaba de atacar y por tanto conocer los cuidados que precisa el pequeño y las complicaciones que puede haber en la misma.