Con la llegada del frío es frecuente que aparezcan en las manos, pies o, incluso en las orejas los llamados sabañones. Los sabañones se producen por una reducción del flujo sanguíneo en las extremidades, el frío y la humedad favorecen la reducción de los capilares de estas zonas haciendo que aparezcan las dolorosas inflamaciones rojizas. Los sabañones que aparecen en invierno, no suelen tener mayores complicaciones y desaparecen una vez que se va el frío, aunque pueden ser dolorosos y molestos, sobre todo para desempeñar tareas manuales de precisión, como la costura o mecanografía.
Hay una serie de trucos muy sencillos para evitar la aparición de estas dolorosas inflamaciones:
- Abrígate. Parece fácil, y sin embargo es muy frecuente que salgamos de casa sin estar bien abrigados, pon especial atención en abrigar las zonas sensibles, como las manos, los pies y las orejas.
- Calzado. Utilizar un calzado abrigado y que aisle de la humedad será muy importante para hacer que nuestros pies se mantengan a la temperatura adecuada.
- Ejercicio. El ejercicio a diario favorece la circulación de la sangre, disminuyendo la posibilidad de que aparezcan sabañones.
- No mantenerse quieto. Evita en la medida de lo posible mantenerte quieto en un lugar donde haga frío.
- Frutas y verduras. La ingesta habitual de frutas y verduras disminuye la posibilidad de que aparezcan sabañones, en cambio, la sal favorece su aparición.
- Las patatas. Además de baratas, son muy efectivas. Se pueden emplear de dos formas: cocemos las patatas y lavamos con el agua de cocerlas si los sabañones son recientes, pero si ya llevan algunos días, es mejor preparar un puré de patatas y cubrir las zonas afectadas con el puré.
- Aplicar pepino en las zonas afectadas.
- Los cambios de temperatura son muy beneficiosos, poner una compresa de agua fría sobre las zonas afectadas, después de cinco minutos, sustituir por una con agua caliente y repetir el proceso hasta 5 veces.