En la última edición del festival de cine Cannes, alguien se ha llevado una joya cuyo valor alcanza una cifra muy, muy alta: nada menos que dos millones de euros. Cannes vivió así un segundo supuesto robo de joyas, después de que una gargantilla de diamantes desapareciera durante una fiesta plagada de estrellas, según ha informado la lujosa joyería De Grisogono. Chopard ya había sufrido otro robo en la primera semana del festival: unas piedras preciosas valoradas en 1,4 millones de dólares.
Fawaz Gruosi, fundador de la firma suiza, dijo que la gargantilla era parte de la colección especial por el 20 aniversario de la compañía. Fue lucida por 20 modelos en un evento que tuvo lugar en el hotel Du Cap-Eden-Roc en Antibes, en las afueras de Cannes, el martes por la noche. Sharon Stone y Paris Hilton se encontraban entre los asistentes.
Gruosi dijo que 80 guardaespaldas, policías locales, seguridad del hotel y la plantilla de De Grisogono estaban vigilando la fiesta, pero cuando se hizo una revisión al final de la noche la gargantilla de diamantes había desaparecido.»No sabemos exactamente qué ocurrió… era uno de los artículos más bellos que teníamos», dijo Gruosi a Reuters Televisión. «La policía está intentando averiguar qué pasó». Una fuente policial de Cannes dijo que las autoridades están investigando si se trata de un robo, un problema de inventario o una pérdida.
Hay cosas que son excesivas, y una de ellas es lucir un collar de dos millones de euros, máxime cuando millones de personas en todo el mundo están pasando necesidad.
Entiendo que a los multimillonarios y a las empresas que viven de ellos no les importe demasiado el sentir del resto de los mortales, pero lo cierto es que no tienen mucho recato a la hora de hacer ostentación de objetos al alcance de muy pocos.
No nos satisface que hayan robado el colgante, pero si no han de devolverlo, al menos que el dinero lo destinen a alimentos para los pobres. Después, que se presenten en comisaría, confiesen su crimen y paguen por sus pecados.