Es habitual que, ahora que se ha vuelto de vacaciones, y los niños tienen entre 1 y 2 años, si lo llevas a una guardería infantil, te digan que van a empezar a quitarle el pañal al niño o a la niña para que aprenda a controlar los esfínteres y sea capaz de pedir pipí o caca (aunque lo más normal es que pida solo lo primero).
Este proceso suele ser lento y no podemos decirte que sea algo que pueda controlarse o que esté limitado a una cierta cantidad de tiempo. Hay niños que tardan más que otros, y eso hace que puedas sentirte más frustrada pero es necesario ser constante y, sobre todo, no enfadarte con ellos porque no lo logren ni a la primera, ni a la segunda, ni en las muchas situaciones en que tendrás que estar cambiándole de ropa todo el día.
La decisión de quitarle el pañal puedes tomarla tú o bien la educadora infantil que tiene en la guardería. Puedes, por ejemplo, decidir hacerlo tú en verano para que el niño o niña esté acostumbrado a ello, o bien esperar a que entre en la guardería y contar con la ayuda de una persona que ha pasado por ello varias veces.
De todas formas, lo más importante a la hora de quitarle el pañal es que el niño o niña esté preparado para ello, de lo contrario no se va a lograr nada y nos frustraremos acabando el niño por ver como algo malo lo que hace (y después repercutiendo en el tiempo que va a tardar en acostumbrarse a estar sin pañal).
Puedes comparar esto con lo que sería el chupete. Eso sí, acostúmbrate a tener ropa de sobra porque las primeras semanas las vas a necesitar (o bien en la guardería).