La histeria, el furor uterino, es algo que tiene mucha historia, no ha salido recientemente aunque sí es cierto que ahora se habla más del mismo debido a que es una de las enfermedades que puede afectar a las mujeres y que, sin duda, llama la atención ya que estaría muy relacionado con la ninfomanía, es decir, la adicción al sexo por parte de las mujeres (por parte de los hombres tendría otro nombre).
La historia del furor uterino
Antiguamente las mujeres no se masturbaban, a veces ni siquiera tenían conocimiento de sus órganos sexuales y solo los conocían cuando contraían nupcias con su marido, con la persona con la que viviría durante toda su vida. Era él quien le enseñaba a la esposa todo y, aún así, solo servía para dar placer al hombre y no a ella.
Si nos trasladamos a los egipcios, hay una teoría en la que ellos creían que el útero era un órgano móvil que se paseaba por todo el cuerpo haciendo que el deseo de la mujer se fuera elevando hasta el punto de necesitar el sexo con la pareja o incluso con esclavos o con ellas mismas para poder llegar a satisfacerse sin saber el motivo de ello.
Si a eso le añadimos que los griegos dieron como causas de la enfermedad la retención de la menstruación (en el caso de mujeres sin ella) o la abundancia de semen, crearon un falso tratamiento que era el no dejar que esa mujer tuviera liberaciones sexuales con las cuales poder disfrutar y también aliviar.
Si avanzamos un poco más seguro que recuerdas los tratamientos médicos que se realizaban para paliar la histeria femenina (psicólogos o médicos cuyo tratamiento consistía en llevar al orgasmo a la mujer para conseguir que la histeria desapareciera o al menos se mitigara por un tiempo). Obviamente, lo único que se conseguía con ello era satisfacer a la mujer pero ésta volvía a necesitar de nuevo ese placer ya que, en su hogar, era posible que no lo tuviera.
El miedo del furor uterino
Uno de los miedos que pueden tener muchas mujeres hoy en día es que ese deseo por querer tener un orgasmo, o satisfacerse, pueda llegar a controlar su día a día, que se convierta en una ninfómana. Hay que decir que no por tener mucho sexo se es ninfómana ya que habría que cumplir muchos requisitos para serlo.
Uno de ellos, sin ir más lejos, sería el no dejar de pensar en sexo, o el no importar la persona con la que se vaya a tener relaciones sexuales siempre y cuando se tengan.
Mitigar el furor uterino es posible, puedes hacerlo sin pensar que con ello te estás corrompiendo o desarrollando una enfermedad ya que, salvo que haya casos extremos de ninfomanía, preocuparse por el placer sexual de una misma no es algo malo.
Ahora bien, ¿cómo se puede mitigar el furor uterino? Tienes varias opciones:
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Con una pareja sexual. Puedes establecer una serie de sesiones a la semana, no demasiadas, donde ambos obtengáis el placer que buscáis. Es decir, que ha de satisfacerte tanto a ti como a tu compañero sexual.
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Juguetes sexuales. En realidad los juguetes fueron uno de los primeros objetos para curar la histeria femenina (que hacía que las mujeres estuvieran irascibles, nerviosas, de mal humor, etc.). El primero fue el vibrador, una ayuda para las parejas ya que, utilizándolo, podían hacer que la mujer llegara a ese orgasmo sin que el hombre se cansara y al mismo tiempo ella podía utilizarlo siempre que quería para satisfacerse.
Es por eso que, una de las recomendaciones que te damos, es el uso de los juguetes sexuales que pueden ayudarte a satisfacerte. Además, hay tanta variedad que seguro que podrás encontrar uno que realmente te haga llegar al cielo siempre que quieras, solo es cuestión de ver las opciones que hay en el mercado.
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Psicología. A veces, cuando la histeria femenina, o el furor uterino se dispara hasta un punto que puede rozar la ninfomanía es posible que haya que recurrir a psicólogos sexuales que te ayudan a centrarte un poco y a no cometer ningún error de los que después puedas arrepentirte. No es algo malo, así que no tengas miedo a ir a uno para solventar los problemas que puedas tener.
Hoy en día el furor uterino no es algo que de muchos problemas a las mujeres porque ya conocen su cuerpo, se han autoexplorado y son libres para poder satisfacerse ellas mismas. Esto, unido a la liberación de la mujer en cuanto a sus derechos sexuales ha hecho posible que también ellas obtengan placer o lo busquen en una relación.
Bolches yarboclos, Batman.
El furor uterino se apaga con una dosis de mitripín intrapiernosa.