Uno de los miedos que pueden tener algunas mujeres es no saber lo que le va a deparar el hecho de ser madre y puede ser algo que realmente les de miedo porque no quieran cambiar o piensen que el cambio va ser demasiado importante como para que las otras personas ya no la quieran. Ante todo, tranquilidad, no vas a cambiar ni vas a ser otra persona pero si es cierto que habrá un antes y un después.
En ese después con lo que te vas a encontrar es con lo siguiente:
Te vas a encontrar con que eres mucho más práctica. El hecho de tener que cuidar a tu bebé y cuidar a ti misma así como a tu pareja hace que saques una energía que no sabes de dónde viene y que además hagas las cosas de una manera mucho más rápida y más práctica que como las hacías antes.
Te vuelves menos egoísta y egocéntrica. Eso que dicen de quitarte la comida de la boca para dársela otra persona en tu caso puede ser cierto porque para ti tu prioridad ya no eres tú misma sino que la prioridad se vuelve hacia tu hijo.
Los valores y la visión del mundo se transforma siendo un poquito más solidaria y empática con los demás.
Aparecen nuevos miedos y temores. A no saber cómo hacer las cosas, a no saber si lo estás haciendo bien… es algo normal.
Tienes más seguridad en ti misma, sobre todo cuando estás viendo que tu hijo va evolucionando bien y que tú estás trabajando con él y además estás sacándolo todo adelante.
Te sientes un poco niña de nuevo porque la ilusión que tienes es una ilusión que sólo se tiene de pequeña como cuando tienes un juguete nuevo.
Descubres que el trabajo, aunque es importante, se suele relegar a un segundo plano.
Piensas más en el futuro y te fijas en cosas que antes no te fijabas, quizás porque lo veías lejano o porque realmente no te importaba.
Como ves los cambios no son tan difíciles y si, pueden dar miedo, pero estamos seguros de que podrás con todo y siempre puedes apoyarte en tu pareja o en tus familiares para sobrellevarlos.
