Atrás quedó esa vieja creencia de que los hombres eran los únicos con derecho a fantasear sobre sus vidas sexuales. Si bien es cierto que las fantasías sexuales son más comunes entre los hombres debido a la mayor liberación sexual que ha habido siempre entre ellos, cada vez son más las mujeres que se apuntan a esta nueva forma de obtener placer con una única herramienta: su imaginación.
Las fantasías sexuales pueden indicar deseos insatisfechos por miedo, vergüenza o incomprensión, pero esto no siempre es así. Se calcula que las mujeres con una vida sexual activa tienen mayor cantidad de pensamientos en torno al sexo que las que aún son vírgenes. Esto es así debido a que muchas veces las fantasías sexuales son el resultado de recuerdos sobre momentos placenteros vividos o sobre otros a los que nos aproximamos pero todavía no hemos tenido la suerte de disfrutar.
Pero las fantasías sexuales no solo son un método para amenizar los momentos de soledad, estas pueden llegar a aportar grandes beneficios sobre todo en lo que se refiere al gremio femenino. ¿Todavía no sabes cuáles son estos beneficios?
- Incrementar la confianza en nosotras mismas: la inseguridad es uno de los males que más afecta a las mujeres. Viéndonos a nosotras mismas realizando aquellas actividades que nos encantaría llevar a cabo pero que no lo hacemos por miedo es el primer paso para conseguir llevarlas a la realidad.
- Aumentan la excitación sexual: hay mujeres que recurren a estas fantasías en sus momentos de soledad y otras que lo hacen en compañía de otra persona. Sea como sea, las fantasías ayudan a mantener y aumentar la excitación sexual llegando a producir un mayor placer durante todo tipo de relaciones.
- Proporcionan un alivio a la ansiedad y a la culpa: se trata de crear en nuestra cabeza aquellas situaciones que de llevarlas a la realidad provocarían un gran dolor tanto personal como ajeno.
- Prepararnos para situaciones futuras: las fantasías pueden funcionar cómo método de ensayo que nos preparan para actuar ante aquellas situaciones que esperamos con anhelo. Adelantarnos con la imaginación a una actividad sexual que pueda venir después puede ayudarnos a solucionar aquellas dificultades que puedan aparecer en el momento de la verdad.