¿Quién dice que no se puede perder peso durmiendo? Es posible y, de hecho, son muchos los que lo consiguen de esa forma aunque hay que tener en cuenta varios aspectos como son:
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Hacer ejercicio. Si no haces ejercicio no esperes milagros. Necesitas descansar para reponer energía pero, si no gastas energía, no puedes reponerla por lo que no vas a mejorar en nada. ¿Cuándo hacer ejercicio? Pues unas 4-5 horas antes de que te vayas a la cama.
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Ten un horario fijo para acostarte. Sí, puede parecer una tontería pero funciona. Y si no, pruébalo un mes. El cuerpo se acostumbra a la rutina, le gusta, y si lo haces vas a provocar que tengas mejores digestiones, que tu propio cuerpo se autoregule.
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Haz la cena ligera. Eso ayudará a que concilies mejor el sueño y, de paso, a que también quemes el cuerpo tire de las calorías para ir perdiéndolas si necesita más energía.
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Mínimo ocho horas seguidas, no más de nueve. Esto es porque si tenemos un sueño ininterrumpido vas a conseguir mejores resultados por ejemplo el aumentar los niveles de la hormona del crecimiento (que es la que reduce la grasa).
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No tengas cerca aparatos electrónicos (por ejemplo el móvil). Tener un aparato cerca hace que estés pendiente de él y no en descansar, además de que se dice que las ondas pueden afectar.
Siempre puedes probar a ver si te funciona porque tampoco tienes nada que perder y el dormir bien te dará muchos beneficios en tu organismo.