¿Quién dice que los bebés no pueden tener Nochebuena? Pues sí, también ellos podrían llegar a tomar algo especial este día, una comida de Nochebuena que no suelan tomar antes aunque, eso sí, va a depender muy mucho de la edad que tenga el pequeño.
Así, un menú que podemos proponerte es el siguiente:
Potito de calabaza
Para ello necesitas: 1 calabaza, 1 patata, un poco de aceite, 1 quesito (de los que vienen en trocitos), 1 poco de sal y agua.
Pon a calentar agua con un poco de sal en la vitrocerámica (o donde lo hagas habitualmente) y, cuando rompa a hervir, echa la calabaza troceada. Deja que se cueza unos 10 minutos, hasta que notes que está tierno. Como el agua se irá evaporando no tienes problema aunque, si todavía sigue duro, y no tiene mucha agua, lo mejor es que le añadas más.
Cuando estén blandos echa un poco de aceite y el quesito removiendo bien para que se mezcle con todo.
Bastones de queso
Los bastones de queso podrán tomarlos siempre y cuando no les siente mal la leche (y la puedan tomar en sus derivados).
Necesitas: 400 gramos de queso mozzarella, 50 gramos de harina, 2 huevos, 100 gramos de pan rallado, sal, 50 gramos de hojuelas de maíz.
Corta el queso en bastoncillos y pásalos por harina, huevo batido con un poco de sal y pan rallado y maíz. Fríelos con aceite de girasol o al horno (más sanos) y a comer.
¡Por Dios, los bebés no! Ellos que no se enteran del asunto no van a empezar ya con el consumismo.
Ya tendrán tiempo de pedir a los mayores el menú especial, esto y lo otro cuando aprendan a hablar. ¿Por qué adelantarlo?
No es por el niño, que evidentemente no se va a enterar, es por los padres, que les hace ilusión ver al niño integrado en el ambiente festivo.
Hay gente que incluso lo hace con las mascotas. ¿Tú no le das nada especial a tu gato?