El estrés y los nervios es algo habitual hoy día en muchas personas, unas por la falta de trabajo, otras por lo contrario, el tener trabajo de más. Sin embargo, lo que quizás no sepas es que los niños también pueden sentirse estresados y, darte cuenta de los cambios y síntomas es importante para intentar ayudarle de algún modo.
Básicamente los síntomas que puedes tener en cuenta de niños que estén estresados son:
- Problemas para dormir
- Cambios en el apetito, desde comer menos a llenarse más.
- Diarreas frecuentes
- Bajo rendimiento escolar
- Incremento o disminución de la actividad física
- Cansancio o fatiga
- Apatía, pasividad
- Problemas para relacionarse con otras personas
- Irritabilidad
- Tristeza…
Normalmente el estrés que pueden tener los niños no es algo que sea permanente, menos cuando lo tratas a tiempo e intentas que el mismo desaparezca, pero sí es bueno que uno esté atento a ello. Independiente de eso, situaciones como ir al médico, tener vacunas, hacer un viaje, etc. pueden hacer que se estrese.
Solo cuando han pasado varios días con ese estrés y no hay nada por lo que deba estar nervioso es cuando deberíamos preocuparnos y atajar el problema para que no repercuta en su desarrollo físico ni social.
Evitarlo puede pasar por pasar más tiempo con él o ella pero cambiando de ambiente y haciendo que se elimine por completo, o casi, la rutina que se tenga (un fin de semana en otro sitio, llevarlo a algún lugar que le guste, etc.)