No es lo más habitual pero pueden existir algunos casos en que a los niños les de miedo el agua y sea bastante difícil tener con ellos un baño relajante en la bañera. A veces se piensa que los niños no quieren bañarse simplemente porque están haciendo otra cosa que les entretiene más pero en el caso de los bebés puede ocurrir que realmente le tengan miedo al agua y se asusten al estar en una bañera. Cuando eso pasa lo mejor, al principio, es mejor bañarlos en seco.
Unos días después puedes probar a mojar una esponja y, como si estuvieras jugando, deja que caigan unas gotas de agua por su tripa, sus manos, las piernas…. Se trata de que el niño asimile que el agua no es algo malo y que no le va a pasar nada. Sólo cuando veas que se divierte con ese agua prueba a llenar un poquito solo la bañera y a meterlo dentro sujetando bien la cabeza y los hombros con una mano mientras con la otra le sujetas el culete y las piernas.
Día a día vas llenando un poquito más la bañera hasta llenarla por completo y que así vaya perdiendo el miedo a la bañera y al agua en sí. Uno de los problemas que puedes tener es cuando quieres lavarle la cabeza. Para ello lo mejor es un gorro de baño con visera para que no le caiga en los ojos y así no se asuste.
Cuando el niño o niña empieza a salpicar y a chapotear con el agua querrá decir que ya no le tiene miedo e incluso podrás pasar a una superficie más grande como puede ser una piscina.