Te levantas todas las mañanas, vas al baño y, una de las acciones que haces es lavarte la cara. Pero, ¿realmente te la lavas bien? Aunque no lo creas, son muchos los errores que cometemos en esa sencilla acción y debes tenerlo en cuenta:
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Lavarte la cara con agua caliente
Sí, es algo habitual para muchas, el coger el grifo y no acercarte a él hasta que sale caliente, más aún en invierno. Sin embargo, lo mejor es usar agua fría porque, con la caliente, puedes potenciar que te salgan venitas y además secarás la piel dándote un aspecto nada recomendable.
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Lavarte la cara varias veces al día
Esto también es contraproducente, no es adecuado tener un exceso de limpieza. A lo sumo, puedes lavarla por la mañana al despertarte y por la noche antes de acostarte para quitar el maquillaje. Pero no más porque harás que la piel pierda su protección y se estropee, además de que puedes producirte más grasa.
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Usar jabones inadecuados
En este caso es mejor usar un jabón suave de glicerina, es el más recomendable aunque hay algunos jabones específicos para tipos de piel. Eso sí, ni los frotes ni los uses con agua caliente. Recuerda que el frío estimula el cuerpo así que a apretar los dientes y aguantar, que además te despertarás mucho más.
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No hidratarte
Tras lavarte la cara, es bueno aplicarse una crema hidratante. Esto evitará que la piel se reseque o se dañe.
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Usar toallitas faciales
Sí, son algo muy cómodo, las aplicas en cualquier lado pero, ¿sabes que cuanto más las usas más grasa y suciedad te sale? Es porque el producto que llevan reacciona con tu piel y, aunque pienses que limpian a fondo, en realidad no es así. Úsalas sólo en casos de emergencia que, al fin y al cabo, se diseñaron para ello, no para cambiarlas por el lavarte la cara.