Como sabes, los refrescos pueden ser como el tabaco, una vez los pruebas y te haces a ellos lo más normal es que, después, te cueste muchísimo dejarlos. Es como una adicción que, en algunos casos, llega a extremos (por ejemplo no tomar agua ni nada que se le parezca sino solo refresco).
No nos referimos a un refresco en particular, en realidad no es así. Pero sí que, en general, todos los refrescos, tomados continuamente, pueden ser muy malos para la salud y aquí te vamos a dejar algunos datos que a lo mejor te hacen replantearte la bebida que tienes a tu lado.
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Los refrescos pueden desgastar el esmalte dental. Por eso tienes más picaduras, más empastes, más problemas dentales que te hacen tener que ir al dentista continuamente.
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Provocan obesidad. Quien diga lo contrario no sabe lo que dice pero sí, te provocará que esté más gordita y que tengas gases.
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Podrías llegar a tener diabetes y, créeme, no es algo bueno ni siquiera con los avances que hay hoy día porque estarás condenada a no poder comer azúcar y tener que regularte en todo.
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Según un estudio hecho por japoneses en la American Journal of Clinical Nutrition, el consumo diario de refrescos aumenta un 80% el riesgo de tener un derrame cerebral en el caso de las mujeres.
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Los refrescos aportan el 21% de las calorías de todo el día cuando solo debería aportar el 10%.
¿No crees que es hora de pensar si bebes demasiado refresco?