Cuando un niño es hijo único y viene en camino un hermano o una hermana es habitual que en ellos se cree una situación de incomodidad por ver cambios en la familia y por notar que ya sus padres no son únicos y exclusivos de él o de ella sino que tendrá que compartirlos con otra persona.
Normalmente la llegada de un hermano o una hermana supone un ataque de celos por parte del primer hermano o de anteriores hermanos porque entiende que el otro hermano le quita protagonismo y los padres están pendientes de esa otra persona y no de él.
Con el fin de ayudar a tus hijos con los celos sería conveniente que dedicaras un tiempo en exclusividad a tu hijo, tanto la madre como el padre para que entienda porque haya llegado otra persona a sus vidas y forme parte de la familia todavía tienes tiempo para él o ella y que te preocupas porque se divierta o porque haga las cosas cotidianas. No es bueno reñirle cuando hay un retroceso en su desarrollo, por ejemplo cuando pierde el control de los esfínteres o cuando comienza a comportarse como si fuera un bebé. Son los comportamientos normales que pueden tener los niños como si fuera una llamada de atención a los padres para que le hagan caso a él y no a su hermano.
Tampoco vendría mal como ayuda el hecho de implicarle en el cuidado de su hermano de tal manera que él también se sienta útil porque ha de cuidar una vida que además es parte de su familia. Al principio es mejor no dejarlos solos porque si el niño es pequeño puede no entender la llegada de un hermano y podría hacerle daño indirectamente.
Con el paso del tiempo los celos suelen acabar desapareciendo pero siempre van a necesitar cierta ayuda por parte de los padres.