Muchas mujeres han de llevar el verano estando embarazadas, a veces sólo de unos meses, otras veces a punto de dar a luz.
Sin embargo, estar embarazada no te impide de disfrutar de la piscina o la playa; de hecho, la natación tiene muchos beneficios sobre la madre y es algo que deberías tener muy en cuenta porque:
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En el agua, te vas a sentir mucho más ligera lo que alivia tensiones del cuerpo y hace que puedas descansar mucho más que si estuvieras fuera del agua.
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Vas a mejorar la circulación, sobre todo en la recta final del embarazo, debido a que el agua te relaja y hace que, al no tener tensiones, la sangre circule mejor.
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Vas a quemar calorías con la natación, lo cual te permitirá controlar mucho mejor el peso.
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Tu tono muscular se va a ver fortalecido y aumentado. Esto es porque, en el agua, te cansas menos, por lo que puedes hacer más ejercicio físico. Esto te ayuda así a bajar de peso si has cogido mucho, o a mantenerlo a raya en caso de que no quieras subir demasiado.
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Vas a relajar la espalda que es una de las zonas más problemáticas. Ahora bien, has de tener cuidado porque, en ocasiones, el agua fría, si ya tienes problemas de espalda, se puede resentir, así que cuidado.
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Al hacer natación, que es un esfuerzo que a lo mejor no notas, conseguirás dormir mucho mejor.
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Por supuesto, el agua es la mejor forma de combatir el calor y también de estar más a gusto. De esta forma, podrás hacer ejercicio sin que el calor te apague a los pocos minutos.