El SIDA es una de las enfermedades que puede atacar a las personas y es bastante mala, igual que otras muchas. Sin embargo, se ha descubierto recientemente que la leche materna, y más concretamente una proteína que tiene la misma, que es capaz de evitar la transmisión del virus VIH, con lo que puede ser una forma de ayudar a combatirla, sobre todo cuando las madres tienen el SIDA.
De ahí que haya muchos casos en los que las madres con SIDA que han dado el pecho a sus bebés no se han contagiado (salvo que, al cambiar la alimentación, la leche materna, en combinación con ellos, si infecte al bebé).
Tras una investigación llevada a cabo se ha descubierto que la proteína TNC protege al bebé al colocarse en el sitio donde debería ir el SIDA y, al no tener sitio éste, no puede contagiar al bebé con lo que se está ante una forma de barrera de seguridad y quizás la razón por la que los bebés que se exponen al VIH no se contagian. Sin embargo, no queda ahí la cosa, parece que también la proteína es responsable de fabricar más anticuerpos y de proteger más al bebé de posibles infecciones.
Es por eso que siempre se ha dicho que la leche materna es tan importante y por la que, hoy día, se establece que se le de leche materna cuanto más mejor (en el tiempo), para así protegerlo durante más tiempo y que sus defensas estén más fuertes. En el caso del SIDA, si entran otros alimentos, no es lo más recomendable por el cambio de metabolismo.