Uno de los minerales más importantes que tiene el organismo, y que sin duda es muy importante en el embarazo, debido a que se encarga de crear la hemoglobina (junto con el oxígeno), un elemento imprescindible para transportar el oxígeno a todo el cuerpo; es el hierro.
Muchos embarazos, los primeros meses de los mismos, requieren de un consumo extra de hierro porque mucho del mismo es transferido al feto y a la placenta para protegerlo y a la vez desarrollar las células del bebé. Esto hace que la mujer pueda acabar teniendo anemia, lo cual no es nada bueno en realidad y muchos médicos, una vez se confirma el embarazo, suelen recetar a las pacientes suplementos de hierro para evitar que haya problemas en la misma.
Normalmente la dosis no suele ser demasiado elevada, hablaríamos de que un cuerpo normal debe adquirir unos 30 miligramos al día, por lo que la dosis suele ser de 10 miligramos, es decir, una pastilla al día tomada en ayudas nada más levantarse y nunca con algo de leche.
Aparte, se suelen dar algunos alimentos importantes que tienen hierro como: carne roja, pescado, la yema de los huevos, legumbres, verduras… Es importante el ingerirlo con vitamina C porque hace que el hierro que se absorba sea mayor. De esta manera se consigue que no se pierda nada (y es que si se consume con leche o derivados de leche: mantequilla, queso, yogur, etc.) puede ocurrir que el hierro que se haya ingerido no se pueda utilizar porque se pierde debido al calcio y otros componentes de la leche.