La Gomera, es un isla con mucha magia, hermosa y tranquila. La penúltima isla del Archipiélago Canario, con apenas kilómetros de norte a sur, es un verdadero tesoro natural, con una costa de diminutos arenales entre acantilados.
De la costa abrupta y con playas pequeñas de arena negra, este espacio es un paraíso para los apasionados de la naturaleza. Su paisaje accidentado y montañoso, está repleto de contrastes: la aridez de la costa, en pocos kilómetros pasa de palmerales a grandes barrancos, selva fascinante de árboles y plantas y aguas perfecta para la práctica del submarinismo.
Destaca el Parque nacional de Garajonay, un bosque prehistórico declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Caminar los senderos que lo cruzan, es una experiencia única. Caminareis por un bosque frondoso de laurisilva, prácticamente mágico, incluso observar al lagarto gomero, y si la visita guiada os contarán leyendas de los antiguos habitantes. También, en el Centro de visitantes encontrareis exposiciones interactivas, que os hará conocer los secretos fácilmente de esta zona.
Disfrutarás de la tranquilidad de La Gomera, por los diversos senderos que cruzan la isla de un extremo a otro. Porque es un isla ideal para andar, planificando sorprendentes excursiones donde la naturaleza lo domina todo.
La Gomera esta comunicada en el sur con su aeropuerto, con vuelos a Gran Canaria y Tenerife. También existen líneas de ferry y barcos a diario con Tenerife. Para moverse por su interior, lo más aconsejable es alquilar un vehículo.
En la isla tendréis la posibilidad de escuchar el singular Silbo gomero, un silbido que se utiliza para comunicarse y que puede oírse a una distancia de tres mil metros.
A los más pequeños les encantará realizar una travesía por el mar alrededor de La Gomera, en la que podréis observar desde la cubierta del barco ballenas y delfines, y llevaros el recuerdo en fotografía.