Hay personas que tienen adicción a ciertos productos pero, en este caso, no nos referimos a ellos sino a personas que no pueden dejar de pensar en el sexo: los adictos al sexo.
¿Soy adicto al sexo?
Una persona es considerada adicto al sexo porque desarrolla una adicción al sexo, es decir, que tiene un trastorno mediante el cual es incapaz de pensar en otra cosa que no sea el sexo ya que, para él, o ella, es algo más importante que otras cosas. De hecho, para ellos, el sexo es lo primero que tienen en su pensamiento, no pueden sacársela de la cabeza.
Y lejos de lo que estés pensando, una persona con este tipo de problema no es feliz así, no le gusta saber que siempre está pensando en el sexo, como si fuera una necesidad. Te ponemos un ejemplo: piensa en algo que te guste mucho. ¿Ya? Ahora piensa que podrías tenerlo todo el tiempo, mañana, tarde, noche, siempre con lo mismo, sin poder quitártelo de la cabeza, sin tener sensaciones agradables porque el cuerpo te pide más y más.
Llega un momento en que esas ganas que tenías antes ya no las tienes sino al contrario, lo que quieres es reprimirlas o intentar saciarlas de alguna manera. Eso es un adicto al sexo.
¿Cómo es un adicto al sexo?
En la adicción al sexo hay algunas claves que pueden hacer llamar tu atención para que empieces a preocuparse sobre si estás desarrollando esta patología. El perfil de un adicto al sexo sería:
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Principalmente varón, aunque también hay mujeres con adicción al sexo solo que, en este caso, se las llama “ninfómanas”.
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Tienes problemas para controlar los impulsos, incluso te desconcentras fácilmente.
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Cuando algo te satisface enseguida te sientes culpable de haberlo hecho. Esto está relacionado con las relaciones sexuales. Es posible que tengas “un rapidito” con alguien y, nada más terminar, te arrepientas, pero no puedas dejar de hacerlo.
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Tienes pensamientos sexuales continuamente sin que puedas sacártelos de la cabeza.
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No eres capaz de controlarte sexualmente.
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Se recurre mucho a la masturbación o a las redes sociales para encontrar parejas con las que mantener sexo pero que no haya mucha más relación entre vosotros.
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Se dedica mucho tiempo a buscar una pareja sexual o sexo lo cual hace que, el resto de cosas, se olviden. Te aíslas de los demás porque no te interesa nada más que satisfacer tu necesidad.
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Cuando no tienes sexo puedes pasar por un síndrome de abstinencia (como cuando dejas de fumar) con cambios de humor, problemas para controlar la ira, etc.
Hay muchas formas por las que la adicción al sexo se puede presentar: masturbación, sexo telefónico, sexo con varias personas, relaciones sexuales de riesgo, relaciones sexuales con prostitutas, etc. pudiendo aplicarse varias de ellas a una sola persona.
Consecuencias de la adicción al sexo
La adicción al sexo es, sin duda, uno de los problemas que, cuando no se tiene, se cree que no es tan malo pero, vivirlo, puede provocar enormes consecuencias para esa persona. Aquí te dejamos algunas de las más importantes:
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La persona se aísla de su familia, de sus amigos. Al no poder dejar de pensar en el sexo puede tener problemas para estar con otras personas sin pensar solo en sexo y prefiere ocuparse de su problema antes que de perder el tiempo con otras cosas.
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Puede llegar a gastar mucho dinero debido a llamadas eróticas o bien a la contratación de los servicios de personas que se dedican a las relaciones sexuales.
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Se pueden contraer enfermedades de transmisión sexual si no se tiene cuidado con quién se mantienen relaciones sexuales.
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Le es complicado llevar una vida normal, a veces desestructurando su vida y la de los que estén a su lado.
La adicción al sexo no es algo que no se trate, al contrario, tiene tratamiento aunque éste depende de cada persona y del grado de adicción al sexo que se tenga. En general el tratamiento se basa en controlar los impulsos al sexo (es decir, no dejándose llevar por lo que le pide el cuerpo y la mente) mediante técnicas cognitivo-conductuales que son las más eficaces en este caso.
Aún así, depende mucho de la persona lograr una curación, sino plena, sí casi completa que deberá mantener durante casi toda su vida para que la adicción al sexo no vuelva a tomar el control.