Hay muchos padres y madres que, cuando le niegan algo a su hijo o hija, son incapaces de mantener su promesa o la palabra que le han dado y, a los cinco minutos, claudican y le conceden aquello que estaban pidiendo los niños. Es más, ya sea una gominola o un paseo al parque no es fácil negar y cumplir y pocos padres lo consiguen sin enfados ni problemas pero los niños son niños y hay que ponerles límites.
En el caso de los padres, ellos son los que saben qué pueden hacer y qué no y así es como mantienen la confianza en sí mismos y el saber que son buenos padres. En el momento en que es el niño quien ordena y dispone del tiempo con la familia todo llega a estar regido por ese niño o niña.
Tampoco estamos diciendo que tenga que vivir en un mundo lleno de prohibiciones pero hay que intentar prevenir conductas inapropiadas, peligrosas, que vivan en una buena convivencia con otras personas ya que, de lo contrario, lo único que se desarrolla es un niño demasiado caprichoso que no va a saber relacionarse con otros.
Cuando tu hijo o hija te pida algo que no debas darle simplemente utiliza un tono de voz tranquilo sin levantar la voz. Haz una pausa para mantener su atención y explícale el motivo por el cual le niegas aquello que quiere. No te enfades pero di las cosas con autoridad y haz realidad esa decisión que has tomado. Da igual que llore o que se enfade, quien debe decidir en esto eres tú.
Al principio será muy difícil pero con el paso del tiempo el niño irá sabiendo que no puede conseguir todo lo que quiere y poco a poco aprenderá a ser más sociable y tolerante.