Hay un momento en la vida de todo niño y niña por la que pasan a una cierta edad en la que su curiosidad y su afán de hablar les hace preguntar miles de cosas. También en los padres hay un momento en que comienzan a preguntar muchas cosas y ese momento suele ser cuando los niños comienzan a ir a la guardería.
A la hora de recoger al niño se le suelen hacer preguntas del tipo que ha aprendido, qué canciones sabe, cuáles son sus amigos, sí se ha divertido en clase,… aunque la respuesta de los niños suele ser muy corta, la mayoría de los casos el hecho de preocuparte por aquello que han hecho cuando no estás tú hace estrechar lazos y aportarles confianza y seguridad para una buena comunicación de tal manera que los propios niños se dan cuenta que pueden hablar contigo de sus cosas.
También en este momento se refuerza la autoestima del pequeño porque, ya sea que haya hecho algo bien o algo mal siempre se le va a intentar explicar el motivo por el que se está contenta o se está triste por algo que haya hecho.
Aunque el período de tiempo que le puedas dedicar a tu hijo sea pequeño procura que siempre haya comunicación para que entienda que no es una carga y que te importa lo que haga.