Una de las imágenes más fotografiadas, la más tradicional, la más concurrida es la Bahía de La Concha en San Sebastián. La Playa de la Concha, desde el Ayuntamiento hasta el Pico del Loro, es la más céntrica, con una extensión de kilometro y medio de arena blanca, donde se contempla la urbanidad y la elegancia.
A lo largo del Paseo encontrarás diversos elementos con propia personalidad y famosos, como la Barandilla uno de los iconos de la ciudad en todo el mundo, inconfundible por su decoración, las Farola que son el galardón en el Festival de Cine, al área de los relojes que es el principal acceso a la playa, el área de La Perla con sus diversas ofertas de hostelerías, deportivas y de talasoterapia.
Los elementos anteriores, convierten a los Paseos por la Concha, ya sea por el paseo urbano en la playa, una actividad forzosa para los donostiarras y turistas. El paso cercano a la bahía, podrás rodear el Monte Urgull, por el Paseo Nuevo y llegar hasta el fin de la Playa de la Zurriola, en el área de Sagüés, en lo que forma un paseo urbano espectacular que mide aproximadamente seis kilómetros.
La Isla de Santa Clara, es otro de los elementos más importantes de la bahía. Muy pocas ciudades pueden decir que tienen una isla en la bahía, y San Sebastián es una de las pocas. Podréis disfrutar de la playa pequeña, de los paseos hasta la particular construcción del faro, de los cafés en una terraza o de los merenderos, y su proximidad con las playas de la bahía hacen posible acceder a ella nadando durante cualquier época del año.
Además, Santa Clara tiene su propia playa, con una superficie que no excede de treinta metros, que la deja expuesta a las mareas. Aunque, sus pequeñas dimensiones, no la convierten en desértica, al contrario. Cuenta con toda clase de servicios: puesto de socorro, bar, una piscina natural de agua marina, etc.