A poca distancia en avión desde el la Australia continental Meridional, se encuentra la Isla Canguro, que parece otra mundo. Es una reserva de fauna y flora, un verdadero paraíso para los viajeros que necesiten escapar de las prisas de la vida diaria.
Los profundos y vertiginosos acantilados son golpeados de forma salvaje por el Océano Antártico, que se chocan con las virginales y solitarias playas y las dunas de blanca arena. Las aguas de tono aguamarina destacan el profundo mar dónde se puede nadar o bucear. Más de la mitad de la superficie de la isla es de vegetación autóctona, la gran mayoría de la cual se mantiene como Parques nacionales.
Los leones marinos con inocentes ojos disfrutan plenamente en las playas blancas, los koalas duermen en los altos eucaliptos y las aves remontan el vuelo sobre las lagunas brilles. Los pingüinos andan de forma graciosa al anochecer por la playa, después de una jornada en el mar. Podrás nadar con los delfines o hacer snorkel con los dragones de mar foliados.
Descubre las secretas playas para practicar surf y las esculpidas durante millones de años por el mar y el viento Remarkable Roks.
La Isla Canguro, está rodeada de fértiles tierras y aguas ricas, que también producen algunos de los alimentos con más calidad de Australia. Indudablemente como la miel pura, las langostas de agua dulce, los productos lácteos orgánicos y una completa diversidad de vino encontrarás para los amantes de la buena mesa.
Atrévete a dormir bajo el cielo estrellado o en Southern Ocean Lodge, que es uno de los retiros naturales más destacados de todo el continente.
No cabe duda, que la Isla Canguro es un destino de vastas extensiones y hermosura al aire libre, para disfrutar de unas vacaciones en la naturaleza y tranquilas, para calmar el espíritu y el cuerpo.
¿Viajarías a un destino tan singular y alejado?