Hay personas a las que, la leche y los productos lácteos, se le hacen un nudo en el estómago y, cada vez que los toman, tienen ganas de vomitar, se le acumulan gases, hinchazón, etc. Esto es debido a que puedes ser intolerante a la lactosa, una afección que afecta cada vez más a más personas y que ha hecho que haya que sustituir la leche normal por una tratada para eliminar la lactosa a fin de poder consumirla sin tantos problemas.
La intolerancia a la lactosa va a depender mucho de cada persona ya que hay quienes pueden tomar 1-2 días productos lácteos sin problema pero llega un momento en que las consecuencias aparecen. No es bueno no tomar leche debido a que se pueden perder minerales importantes como es el calcio o la vitamina D provocando una malnutrición. Por este motivo siempre se recomienda sustituir la leche y los productos lácteos por otros que sí puedan tomarse, como por ejemplo las leches bajas en lactosa, o sin lactosa, que no tienen nada que envidiarles a las otras (de hecho, algunas hasta están mejores).
En cuanto a los productos lácteos sí es verdad que puede ser algo más complicado de tomarse porque no se encuentran tan fácilmente pero también hay.
La intolerancia a la lactosa es un problema que puede aparecer de repente, no es algo con lo que se haya que nacer con lo que siempre hay que estar preparado para ver los síntomas. En general, tras la ingesta de productos con lactosa, se suele tener mala digestión, dolor, diarrea, etc. que te dan un aviso de que algo no va bien.