Indignado, dolido y muy triste. Así es como se encuentra en estos momentos el torero Francisco Rivera después de que un juez haya otorgado la custodia de su hija Cayetana a la madre, es decir, a Eugenia Martínez de Irujo.
Ofendido por la decisión, y considerando que los padres se encuentran desamparados en estos casos por la justicia, es como aquel se ha manifestado públicamente a través del programa de televisión “Sálvame”. Asimismo no ha dudado en dejar claro que su acción no fue ningún ataque ni hacia su ex mujer ni tampoco hacía la Casa de Alba, sino simplemente el resultado del deseo que le había pedido su hija de vivir con él y con su ahora esposa Lourdes Montes.
Del mismo modo, aprovechó su intervención telefónica para dejar patente que la sentencia le parecía ridícula y que los argumentos que se esgrimían para otorgarle la custodia a Eugenia venían a concentrarse en uno: que así habían estado las cosas hasta el momento y así se dejaban.
Rivera además dijo no entender porqué se dictaminaba que sería un trastorno para su hija marcharse a vivir a Sevilla y dejar Madrid cuando no sólo hay un AVE que une ambas ciudades en poco más de dos horas sino también cuando gran parte de la vida de la adolescente ha transcurrido en la ciudad andaluza.
