La vuelta a clase, una vez terminada la alegría del rencuentro, supone mucho estrés para los padres, hay mucho que organizar, mucho que tener en cuenta, y el bolsillo o el tiempo no siempre ayudan en la tarea de organizarlo todo… Y es que ¿a quién no le ha pasado tener que arreglar un dobladillo un día en el que no hay mucho tiempo, o encontrarse con una rotura de dobladillo en un vestido que nos vamos a poner?
La solución, pues, ya se sabe: aguja e hilo, y a coser, si es que hay tiempo. Aunque hay un remedio útil, práctico y muy sencillo de usar que puede ahorrar mucho tiempo y cuyo resultado está a prueba de niños, se trata de la fiselina de doble cara.
La fiselina es una tira de papel, que se puede encontrar en distintos anchos, u que cuenta con adhesivo en las dos caras, este adhesivo actúa solo por mediación de calor directo, o lo que es lo mismo, que pega cuando se pasa la plancha por encima.
Nada tan sencillo y rápido como coger la medida del dobladillo, unir los lados con fiselina y pasar la plancha, el resultado es perfecto, y lo mejor de todo es que puede ir a la lavadora, ya que aguanta temperaturas de hasta 95ºC sin despegarse.
Junto con aguja, hijo y tijeras, la fiselina es uno de los imprescindibles que no puede faltar en ninguna caja de la costura.
¿Ya habéis probado la utilidad de la fiselina? Nos gustaría que compartierais con nosotros vuestras experiencias…
