Si deseas conocer una de las ciudades más bellas e interesantes de toda Francia, no deberías de dudar en acercarte a Estrasburgo, una ciudad alsaciana que cuenta con un casco histórico digno de haber sido el primero en estar incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Además de ello, nos encontramos frente a una de las capitales de nuestro continente, sede del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa, aunque, a pesar de todo ello, siempre ha sabido guardar su historia y tradición.
En Estrasburgo no nos deberíamos de perder la zona conocida como la Petite France, ya que, sin duda alguna, es la más bella de toda la ciudad. Rincones tranquilos y apartados del bullicio, calles que albergan casas antiguas e imágenes enamoradizas que cualquier fotógrafo, o amante de la fotografía, debería llevarse consigo.
Por otro lado, la catedral, con su vertiginosa torre, es otro de los grandes atractivos de la ciudad, así como la casa Kammerzel, decorada con personajes mitológicos y bíblicos, el Palacio Rohan, construido como mansión episcopal para el obispado, o la plaza Gutemberg, la más céntrica y animada de todas. No nos olvidemos tampoco de llevarnos a casa aguardiente, chocolate, foie-gras o algún vino de la región, ¿qué mejor regalo que algo bueno para el paladar?