Cuando empieza el frio, empieza la época de los caldos: son reconstituyentes y nos entona el cuerpo, no hay nada mejor para entrar en calor que tomarse un rico maldito, y como en invierno se bebe menos liquido los caldos nos ayudan a hidratar nuestro organismo, ademas nos aporta sales minerales y vitaminas.
Un caldo es todo liquido, a diferencia de la sopa que lleva pasta (en forma de fideos normalmente) o arroz.
Para hacer un buen caldo necesitamos unos ingredientes básicos: cebolla, zanahoria, puerro, apio y a estos le podemos añadir mas verduras si queremos (que no sea patata ni remolacha) o carne, pollo o pescado según el sabor que le queramos dar.
Si nos decidimos por el de carne además de la verduras añadiremos huesos de carne o costilla o algún trozo de carne y lo dejaremos cocer a fuego medio unas dos horas por lo menos para sacar la sustancia de los huesos. Podemos hacerlo también de pollo o de gallina, esta es más gustosa que el pollo y el caldo sale más rico pero precisa de más cocción que el pollo.
Si nos decidimos por uno de pescado, añadiremos unos despojos de pescado o pescado pero en este caso lo dejaremos hervir 20 minutos nada mas.
En cualquier caso, sea del sabor que sea es fundamental espumar al primer hervor, esto es: cuando hierve la primera vez sale una espumilla por arriba con todas las impurezas, pues esa espuma hay que quitarla con una espumadera, quedará mas suave.
Puedes añadirle un poco de vino si lo quieres con mas sabor o tomarte el caldo acompañado de una copa de vino.
Sazona siempre al final, cuando lo vayas a tomar y si decides congelarlo entonces mejor no lo sales, el congelado a veces intensifica los sabores.
Preparate un caldito y disfruta.