Con la llegada del frío suele suceder que, al intentar ponernos nuestro vaquero favorito, este no suba, y que tengamos que hacer movimientos imposibles para conseguir cerrarlo. En ese momento, seguramente nos acordemos de todos los helados a los que no supimos renunciar, de las barbacoas en casa de los amigos, de esas tapitas con cerveza que tan bien nos supieron, y de todos los días que hemos pasado tumbadas en la playa o en la piscina, sin hacer nada. Puede que con los frescos y sueltos vestidos veraniegos la diferencia no se notara, pero el vaquero no engaña… de lo que hicimos durante el verano ya no podemos resolver nada, lo que hay que hacer ahora es un plan de ataque para quitar esos kilos de más que se han acumulado durante el periodo estivo.
¿ Por qué engordo en verano?
No todas las personas engordan durante el verano, pero la falta de rutina y horarios en la alimentación, así como la disminución de la actividad física hacen que muchas personas aumenten peso durante el verano. Si además, antes del verano, se hizo una dieta para lucir «estupenda» en bikini, si después no nos hemos seguido cuidando, y nos hemos permitido algún que otro capricho, esos kilos de más probablemente, sean fruto del temido efecto rebote.
¿Y ahora qué hago?
El verano ya terminó, y no podemos cambiar el pasado, lo que sí podemos hacer es poner medidas para que el peso extra acumulado desaparezca. Aquí tienes una serie de consejos destacados para perder peso y no recuperarlo.
Mantén una rutina con las comidas. Parte de la culpa del aumento de peso durante el verano está en la falta de horarios. Ahora que vuelves al trabajo, es más fácil mantener una rutina con las comidas: planifica cinco comidas al día y respeta los horarios de las comidas.
Planea tu alimentación. Una buena idea es hacer una tabla de alimentación para toda la semana, de esa forma, sabremos todos los días que tenemos que comer. Para hacer una tabla es importante saber que debemos incluir todos los grupos alimentarios a diario, y que tenemos que comer fruta y verdura todos los días. En internet podemos encontrar tablas ya preparadas de alimentación para una semana, y también calculadoras de calorías que nos ayudarán a controlar el consumo de calorías.
Mucha agua. Lo correcto sería beber entre 1.5 y 2 litros todos los días, pero repartida a lo largo de día. Podemos sustituir una parte, por infusiones, pero tomar dos litros de infusiones al día puede ser perjudicial.
Pésate y mídete todos los días. Es el secreto mejor guardado de las famosas, pesarse y medir volumen de cintura y cadera te ayudará a controlar mejor el peso.
Bicicleta. Olvídate de ir en coche a todas partes, pero también olvídate de caminar ¿Por qué caminar si ir en bicicleta es más rápido y consume más calorías? Las bicicletas están de moda, son divertidas, con ellas se ahorra en combustible, y además nos ayudan a cuidar el peso.
Una hora de deporte al día. Solo se necesita un poco de fuerza de voluntad para salir a correr una hora al día, pero si no tienes la fuerza de voluntad necesaria, es una buena idea que te apuntes a un gimnasio, y mejor si convences a una amiga, siendo dos, os animaséis la una a la otra para ir al gimnasio.
Cremas reductoras. Puede ser una buena opción complementaria a todas las demás. Las cremas reductoras ayudan a eliminar la grasa localizada, pero sus efectos se notan más si hacemos deporte, bebemos agua y cuidamos nuestra alimentación.
Con un poco de esfuerzo y constancia por nuestra parte, en muy poco tiempo podremos recuperar nuestra figura de siempre y lucir esos vaqueros que tanto nos gustan.
