Decir que el salar de Uyuni es el mayor desierto de sal continuo del mundo es quedarse con una simple y mera definición que no le hace justicia, y es que en el departamento de Potosí, provincia de Daniel Campos, Bolivia, se localiza uno de los lugares más hermosos del mundo.
Por otro lado, con una imagen tampoco podremos apreciar lo que éste lugar nos ofrece, porque además de ser una de las mayores reservas de litio del mundo, es conocido por el nombre de «el espejo infinito«. Cuando está cubierto de agua, su superficie es un absoluto reflejo de todo y, de hecho, cuando el tiempo está nublado, a veces resulta imposible diferenciar la tierra del cielo.
Por otro lado, el salar de Uyuni está rodeado de lagunas, volcanes, un cementerio de ferrocarriles del siglo XIX e islas solitarias repletas de cactus gigantes, por lo que la visita no se limita tan sólo a pisar la blanca superficie. Las expediciones más largas incluyen pernoctar en el desierto, lo que se convierte, sin duda alguna, en una excursión y experiencia más que emocionante.
Según cuenta la leyenda, el salar era una preciosa mujer cuyo marido le engañó por otra mientras ella se encontraba lactando. La mezcla de lágrimas de tristeza y leche se unieron para crear así un lugar único en todo el planeta.