Las escuelas infantiles comenzaron el pasado 1 de septiembre y en ese tiempo los niños pequeños han ido a la escuela infantil durante varias horas, para que se vayan adaptando al curso y a un entorno nuevo, para el caso de los más pequeños, como los bebés mayores de cuatro meses.
El período de adaptación no es un proceso corto en el tiempo sino que se extiende a lo largo de dos semanas, salvo que haya problemas de adaptación del niño que requiera más tiempo que otro. Durante esas dos semanas los niños han de habituarse a la nueva maestra o al nuevo maestro de modo que vayan permaneciendo cada vez más horas hasta completar la jornada.
Normalmente el periodo de adaptación sólo será para los niños menores de tres años sin embargo también es posible el período de adaptación para niños de entre 3 y 6 años. El objetivo de este período es lograr que el niño entienda la escuela infantil, no como un lugar donde pierde de vista a su madre y su padre sino como el lugar donde jugar con otros niños de su edad sabiendo que al final del día su madre a su padre le estará esperando fuera.
Consejos para el período de adaptación
Has de tener en cuenta que en el periodo de adaptación no sólo son los niños los que se deben adaptar a su nueva condición como alumnos si no que también los padres y madres han de adaptarse a tener más tiempo libre y poder disponer de él sin necesidad de tener a su hijo al lado. La separación la sufre tanto el niño como los padres y hay que hacerla de la mejor manera posible.
Uno de los consejos que siempre dan las maestras en las reuniones previas a la entrada de los niños es que se hable bien tanto de la maestra como de la escuela, que le enseñen y le hablen de todas las cosas divertidas que va a poder hacer, de los amigos que conocerá, de lo importante que es hacerse mayor, como mamá y papá, e incluso relacionar el ir a la escuela con ir al trabajo.
Conviene antes de comenzar la escuela infantil pasar un par de veces por el lugar indicándoles que esa será su escuela, que se lo va a pasar bien,…
Durante los primeros días es conveniente ir a recogerlo incluso unos minutos antes de la hora para que el niño se habitúe a que, aunque no esté con su madre, ella va a ir a buscarlo tras terminar el día. Más tarde, si tienes algún problema para recogerlo a una hora, puedes ir retrasándote poco a poco pues hay que crear el hábito al niño de que nunca se va a quedar en ese lugar pero no se puede forzar.
