Uno de las figuras de Halloween que seguro muchos niños conocen es la calabaza, y como tal hay una figura que, aunque no es muy utilizada en España, sí lo es en muchos otros sitios. Hablamos de Jack la calabaza, un personaje con un pasado lleno de muchos mitos.
Según dicen, Jack era un hombre bastante taimado y astuto. En el pueblo donde vivía nadie lo quería y era un ladrón y un borracho. Así que cuando le llegó la hora el mismo diablo fue a por su alma. El problema fue que él le tendió una trampa al diablo y ganó librándose durante 10 años del mismo.
Cuando pasaron los 10 años el diablo volvió por él y le pidió, como último deseo, una manzana de un árbol que había cerca. El diablo le concedió tal deseo y se subió al árbol para coger la manzana pero después no podía bajar. ¿Por qué? Pues porque Jack había grabado en la corteza del árbol unas cruces y para el diablo fue como una prisión.
Cuando ya Jack murió de viejo, el diablo no lo quiso en el infierno y el cielo tampoco lo quería, por lo que se quedó vagando. Años después, el cielo le regaló una luz para que al menos su camino eterno no fuera tan oscuro. Lo que ha pasado es que, con el paso del tiempo, se tergiversó la leyenda y se cambió la luz por una calabaza iluminada.