De manera repentina y sorprendiendo a todos es como se ha producido el fallecimiento de una de las figuras más importantes del mundo del toreo en las últimas décadas. Nos estamos refiriendo a la muerte de José Mari Manzanares.
Ayer fue cuando sus familiares llegaron a la finca que el diestro tenía en Cáceres y se toparon con la trágica escena, su cuerpo estaba inerte en la habitación. Al parecer, hasta que así lo confirme o lo desmienta la correspondiente autopsia, un fallo cardíaco fulminante fue el que hizo que aquel pusiera fin a su vida con tan sólo 61 años de edad.
Su ciudad natal, Alicante, es la que se ha encargado de acoger la capilla ardiente en memoria del torero, que será enterrado mañana jueves en la más estricta intimidad y tras la celebración de su funeral en la Concatedral de San Nicolás de la mencionada urbe.
Totalmente conmocionados están sus familiares, especialmente su hijo José Mari que recibió la noticia del fallecimiento de su padre cuando acababa de llegar a México. Pero también lo están sus compañeros de profesión, quienes encontraron en él un referente por su calidad y su estética con el capote.
