Reconozcámoslo, todos, en los últimos años el precio de un café ha subido, y bastante, a excepción de bares muy, por ejemplo el del Congreso, que parecen mantener un precio muy ventajoso, pero ¿quién no se permite un café, aunque sea de vez en cuando? Cada vez son más las personas que, ni siquiera pueden permitirse pagar un café en el bar, precisamente, por ello, se esta extendiendo en España una curiosa práctica: el café pendiente.
El café pendiente tiene su origen en Nápoles, donde es habitual dejar pagado un café para alguien que no pueda permitírselo, debido a la crisis, esta práctica se ha extendido a muchos países nuevos, y hace poco ha llegado hasta España, con un gran éxito.
¿Cómo funciona?
Pues nada más sencillo, como, a la hora de pagar el propio café acordarse de quienes no se pueden permitir uno, y dejar uno pagado, de esta forma, quien no puede permitirse un café, tiene la opción de beber uno que ya está pagado por una persona anónima que le invita.
Para los bares, esta opción es todo un reclamo para atraer a más clientes, todos ellos, con intención de colaborar y ayudar a quienes lo necesitan, y registrarse como bar colaborador es tan sencillo como acceder a la página de cafés pendientes, registrarse y colocar en la puerta del local la pegatina identificativa.
Quienes ya se han sumado a esta iniciativa, reconocen que los cafés pendientes son todo un éxito, y una apuesta por una sociedad mucho más colaborativa con la realidad social que vivimos, de hecho, algunos bares están pensando en ampliar los cafés pendientes, a bocadillos u otros servicios.
¿Qué te parece esta iniciativa?
