Estos días si hay un protagonista en la casa de Gran Hermano ese es el amor, pero en sus múltiples facetas. Así, por un lado, Kristian y Sonia han podido disfrutar de su cena romántica privada y su noche a solas. Sin embargo, el fruto del encuentro no ha sido el que muchos esperaban pues después de unas cuantas copas de vino y una deliciosa comida, la joven no quiso aprovechar la velada y manifestó que sólo tenía ganas de dormir.
Una circunstancia aquella que trajo consigo la frustración del “pelocho” que veía así como la soñada noche pasional que había imaginado en su momento se quedaba a medio gas. Al final tuvo que conformarse con unas migas de cariño y un mini-edredoning.
Pero no es el único amor que reina en la casa de Guadalix de la Sierra. Así, Susana, después de pelearse por enésima con Gonzalo, ha entrado en el confesionario donde abiertamente y sin tapujos ha manifestado querer al citado gemelo sevillano. Un hecho este que le atormenta teniendo en cuenta que a su madre no le gusta esa relación tan estrecha que mantiene su hija con aquel.
No obstante, no es el único obstáculo al que tendrán que enfrentarse estos enamorados pues Carlos, el hermano de él, ha manifestado que cada vez desconfía más de ella y de sus intenciones.