Siempre se ha dicho que los niños no deben dormir boca abajo porque, con esa postura, se pueden ahogar debido a que provoca el síndrome de muerte súbita del lactante además de mayores riesgos de asfixia.
El problema radica en que, si lo acuestas boca arriba, puede sufrir plagiocefalia (deformación del cráneo). Y si se acuesta de lado ocurre algo parecido porque un lado de la cara está más aplastado que otro y como la cabeza aún se está formando puedes crearle una deformación.
Entonces, ¿qué es mejor? Pues básicamente todas las posturas. Los expertos pediatras recomiendan que un niño no duerma varias horas en una misma postura sino que ésta se le vaya cambiando de tal forma que se alterne la cabeza a derecha e izquierda y, aún estando despierto, que se le vaya cambiando la postura, incluida la postura boca abajo durante un rato ya que también es buena para él.
Por supuesto, has de ser consciente que en esa postura es cuando más muertes se producen. Si no te quedas tranquila puedes probar esa postura solo cuando está despierto y sin apartarte de su lado. Así lo observarás mejor.