Uno de los mayores miedos que tienen las madres y los padres es el hecho de que haya problemas cuando el niño o la niña están durmiendo. Es el llamado síndrome de muerte súbita del lactante, una situación realmente horrible por la que nadie querría pasar.
Los expertos nos dicen que para prevenir ese síndrome de alguna manera hay que intentar que el niño o niña no duerma boca abajo porque, al dormir de esta manera, no es capaz de levantar la cabeza o de cambiar la postura y al final se produce una auto sofocación.
Sin embargo, tampoco podemos decirte que no se pueda dormir boca abajo nunca. Cuando el niño o la niña ya puede girarse sobre sí mismo y es mayor de seis meses no hay que insistir en la postura para que duerma boca arriba o de lado y no boca abajo.
Además, hay que tener en cuenta que, cuando se duerme boca abajo, la postura suele resultar más cómoda y hace que se despierten mucho menos.
Si aún así no te quedas tranquila podrías vigilarlo de vez en cuando para saber que no le pasa nada. A veces el simple sonido de la respiración del bebé hace que puedas estar más segura y tranquila en la cama y concilies mejor el sueño.
Otra de las posturas que recomiendan a veces es dormir de lado, pero ya dependerá de cada niño, que se mueva mucho o no, para lograr que esto funcione (para que no se ponga boca arriba).