Hace algunos años, la gripe cambio el concepto de las enfermedades de invierno, se fuera donde se fuera y se mirara donde se mirara era fácil encontrar aquellos botes con alcohol líquido que servían para desinfectar, y las mascarillas se convirtieron en parte de nuestro día a día. Parte miedo, parte prevención, la gripe A, acabó pasando y se convirtió casi en una olvidada de nuestras enfermedades de invierno.
Pero, este año, la alerta ha vuelto a surgir en forma de cepa resistente que ya ha acabado con la vida de varias personas en toda la Península – todos ellos, enfermos crónicos –
Es normal que el miedo haya vuelto a aparecer y que, ante cualquier síntoma de gripe nos preguntemos si lo nuestro es un gripe «normal» o la gripe «a».
¿Cuáles son las diferencias?
La fiebre es el síntoma más fácil para identificarla, una gripe común puede variar de unas simples décimas por encima de 37 º y, en cualquier caso, nunca pasa de 39º, mientras que la gripe A supera los 39º.
La congestión nasal también es importante para determinar el tipo de gripe, en una gripe normal, la congestión nasal está presente, mientras que en la gripe A no es muy común.
Escalofríos continuos, malestar, dolor muscular importante o tos continua también son síntomas de identifican la cepa más grave de la gripe.
En cualquier caso, y siempre que se presenten dudas a la hora de saber si se tiene uno u otro tipo de gripe, es recomendable consultar con el médico de cabecera, que será el que determine el tipo de tratamiento.