Cuerdas, un nombre que te deja sin saber bien lo que vas a ver, o el motivo por el cual se llama así, no te dice mucho sobre el cortometraje de Pedro Solís, un hombre con experiencia en el cine y los videojuegos que hoy en día está en el punto de mira debido a que ha recibido el Premio Goya 2014 por su cortometraje, un corto que… si eres humano, llorarás.
La historia de Cuerdas es la historia de un orfanato y una niña pequeña, María, que, junto con el resto de sus compañeros, tienen un niño amigo en el lugar, un niño con una enfermedad que le impide mover su cuerpo. El resto de niños y niñas lo hacen a un lado pero María no, ella se acerca a él, se hace amigo y lo anima a soñar con su mente, a vivir aventuras juntos aunque él no pueda moverse (con una cuerda consigue que el cuerpo se mueva hasta el punto de que, llegado un momento, hay sorpresa y todo).
Pero la historia, la preciosa historia, tiene un final que no te esperas. A través de la narración, la música y los dibujos te conducen las emociones hasta dar un broche de oro al corto y dejarte con ganas de más, con ganas quizás de otro final pero, lamentablemente, con el final que debía darse.
Es un corto que todos los niños deberían ver para aprender que, aunque se sea diferente, las cosas han de surgir y no dejarse llevar porque se sea diferente sino aceptarse tal y como es y conocer por dentro a los demás.
¿Serías capaz de hacer eso?
