Cuando tienes un bebé sabes que, la almohada, no es algo que debas ponerle porque los médicos no la recomiendan (porque su cuerpecito no está aún desarrollado y puedes hacer que tenga malas posturas además de que puede ser causante de la muerte súbita). Sin embargo, en algún momento de su crecimiento la almohada entra en juego. La pregunta es… ¿cuándo?
La almohada es algo imprescindible para la mayoría de los adultos para dormir pero en el caso de los niños no se convierte en imprescindible hasta que empiezan a dormir con ella. El problema es que, para el cuerpo, la almohada es bastante importante porque, de lo contrario, puede ocurrir que se esté incómodo al estar boca arriba, de lado, etc.
Los médicos te recomiendan que la almohada se les ponga, como muy temprano, a partir del año de edad, no antes, porque a partir de esa edad pueden necesitarla para su cuerpo pero tampoco es que haya que imponérsela. Tiene que ser ella o él el que lo decida y la vaya usando poco a poco hasta que se termine acostumbrando a la misma.
Para que te hagas una idea, físicamente van a necesitar esa almohada cuando los hombros sean más anchos que la cabeza porque, al dormir de lado, la cabeza puede quedarse colgando y coger malas posturas. De este modo puede sostenerla con algo más, la almohada. Por tanto, dependerá de cuánto crezca el pequeño para saber cuándo es necesaria aunque, siempre, hay que intentar que sea a partir del año y no antes para evitar la muerte súbita que se suele dar hasta el año de edad.