Ahora mismo estamos en plenas vacaciones y el trabajo se ve lejano pero la verdad es que, si te das cuenta, los días pasan rápido y, cuando menos te lo esperes, habrá llegado septiembre y, con él, la vuelta a la rutina, el trabajo, las clases, etc. lo que hace que muchos empiecen, incluso ahora mismo, a deprimirse mucho.
El motivo de ello es, sin duda, que se acaba el hacer las cosas que uno quiere porque se está de nuevo condicionado por los horarios, del trabajo, de los niños, de la casa, etc. que limitan mucho el tiempo libre.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, no se tenga tiempo para nada de lo que nos guste pero sí hay que replantearse las cosas desde incluso unos días antes de volver del verano para no caer en la depresión postvacacional.
Para ello:
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Los últimos días de vacaciones trata de retomar algo del trabajo, de dedicarle un poco de tiempo a familiarizarte de nuevo con los horarios, el madrugar, etc. Eso te ayudará a no pasarlo tan mal después.
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Cuando vuelvas al trabajo intenta también sacar tiempo para ti. Pospón esas cosas que puedes tardar en hacer para que no te agobie demasiado la vuelta y, si puede ser, vuelve de nuevo a ese lugar de vacaciones por la tarde para relajarte. Si no es así busca planes que hacer en tu ciudad para la primera semana, así podrás estar más tranquilo hasta que cojas el ritmo de nuevo.
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Si puedes, vuelve a trabajo por fases, como los niños, para que haya una adaptación. Esto no se puede hacer en cualquier trabajo pero si el tuyo lo permite la vuelta será más suave.