Si estas buscando un crucero autentico, sin noches de gala, sin traje de baño, simplemente por el mero hecho de navegar, estas buscando Cruceros por el Ático.
Un ecoturismo por la costa canadiense, a la sombra de un glaciar, para ver a un gran oso polar, un paraíso helado. Siéntate pequeña con un gran fiordo, escucha la brisa desde tu cálido camarote.
Traza una ruta en una embarcación con dos propelas y un par de motores, viendo como el capitán mueve el timón pausadamente. Despiértate de madrugada para contemplar las ballenas, aprende sobre la naturaleza más autentica en el Ártico.
Podrás aprender algo de Inuktitut, ver como las piedras cobran vida en las manos de un escultor, navegar al lado de las ballenas beluga y seguir las huellas de los viejos exploradores. Visitar los vestigios arqueológicos, detenerte en un pueblo semi desierto y perdido.
Contempla la naturaleza más contradictoria, escuchando el hielo tronar y oliendo la dulce fragancia de las flores silvestre. Disfruta de un gran espectáculo de las luces del norte, en mitad del cielo estival observaras miles de luces, siéntete privilegiada y después no podrás expresar con palabras el fastuoso espectáculo que has contemplado.
Si te atreves podrás viajar en una zodiac por medio de los fiordos remotos, en la Reserva y Parque nacional de las Montañas Torngat.
No obstante, este tipo de cruceros son para mujeres con espíritu libre y aventurero, que tienen una necesidad imperiosa de viajar. Una viajera constante que viaja con una ruta planeada o con total libertad, sin importarle el tiempo ni los kilómetros recorridos. Tienen tanta energía que lo quieren ver todo y no perderse ni nada, ni malgastar un segundo de su tiempo. Si tú eres una mujer así, este es el crucero que andábamos buscando.
¿Te atreverías a ir de Crucero por el Ártico? Sin miedo a los animales polares ni al frío.
