El Duero es nace en los Picos de Urbión, y pasa por ciudades como Toro y Zamora, hace de frontera natural entre España y Portugal y finalmente desemboca en la bella ciudad de Oporto. Sobre todo, al zona de frontera, que corresponde con las Arribes de Duero, es especialmente famosa por su belleza y por la riqueza de su entorno natural. Con la llegada del buen tiempo es posible disfrutar de cruceros fluviales en los que descubrir, en uno o varios días, la belleza de esta tierra.
Un catamarán con capacidad para 100 pasajeros parte todos los días a las 13.30 del pequeño pueblo de Aldeadávila (Salamanca), a orillas del río Duero, y recorre en un viaje de algo más de tres horas una de las zonas más naturales y bellas de la Península, parte del viaje se realiza en la propia zona de forntera, por ello, mientras que en una orilla de aprecia en territorio español, al otro lado, se descubre la vecina Portugal.
Durante todo el trayecto, se ofrece información muy completa acerca de la flora y la fauna características de la región, así coma sido curiosidades sobre la historia del río Duero, y la creencia de que en él había oro, hecho que lo convirtió en uno de los favoritos de los antiguos romanos.
Las Arribes del Duero son, aun hoy en día, una tierra que ha sido muy poco explotada y que se encuentra en un estado natural casi imposible de encontrar en la actualidad.