Es posible que este término no lo hayas escuchado antes: la cronoalimentación o cronodieta, un método novedoso donde no se reducen las calorías que se consumen sino que se cambian los alimentos para respetar el ritmo biológicos y que cada uno sea recomendable para según la hora que se quiera consumir.
El organismo tiene un ciclo biológico para tener todos los nutrientes que necesita y se dice que es desde las 5 de la mañana hasta las 5 de la tarde que tenemos un gasto energético mientras que, el resto de horas, sirve para almacenar. Esto hace que la comida fuerte se haga hasta el mediodía y que, el resto, se hace una comida muy liviana.
Entre las características a tener en cuenta con la cronoalimentación está lo siguiente:
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Limitar los hidratos de carbono a las horas de la mañana porque de esa manera no necesitará consumir más después.
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Por la tarde se consumen alimentos ricos en proteínas y chocolate que ayuda a la relajación y el sueño.
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Queso, fiambre, dulces… Todo eso es bueno tomarlo por la mañana (grasas saturadas) ya que quemaremos esas calorías. En cambio, para la noche, lo mejor es leche y huevo, o alimentos omega 3.
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Se aconseja que se tomen 5 comidas sin que haya picoteo o te saltes alguna.
A pesar de que no es una dieta que pueda hacer daño al organismo, se sabe que puede se ineficaz en algunas personas por lo que se recomienda consultar con un experto para verificar que va a tener algún resultado favorable.